Residuos de la industria cosmética
La reducción de la contaminación por plásticos exigirá la adopción de medidas y la cooperación internacional para reducir la producción de plásticos, entre otras cosas mediante la innovación, la mejora del diseño de los productos y el desarrollo de alternativas respetuosas con el medio ambiente, así como los esfuerzos para mejorar la gestión de los residuos y aumentar el reciclaje.
En más de 120 países existen prohibiciones e impuestos sobre los plásticos de un solo uso, pero no son suficientes para reducir la contaminación general. La mayoría de las normativas se limitan a artículos como las bolsas de plástico, que representan una parte mínima de los residuos plásticos, y son más eficaces para reducir la basura que para frenar el consumo de plásticos. Los impuestos sobre el vertido y la incineración que incentivan el reciclaje sólo existen en una minoría de países. Las Perspectivas reclaman un mayor uso de instrumentos como los sistemas de Responsabilidad Ampliada del Productor para los envases y los bienes duraderos, los impuestos sobre los vertederos, los sistemas de depósito y devolución y los sistemas de pago por vertido.
La mayoría de los plásticos que se utilizan hoy en día son plásticos vírgenes -o primarios-, fabricados a partir de petróleo o gas. La producción mundial de plásticos reciclados -o secundarios- se ha cuadruplicado con creces, pasando de 6,8 millones de toneladas (Mt) en el año 2000 a 29,1 Mt en 2019, pero esto sigue siendo solo el 6% del tamaño de la producción total de plásticos. Es necesario hacer más para crear un mercado independiente y que funcione bien para los plásticos reciclados, que todavía se consideran sustitutos del plástico virgen. El establecimiento de objetivos de contenido reciclado y la inversión en tecnologías de reciclaje mejoradas podrían contribuir a que los mercados secundarios sean más competitivos y rentables.
Golpear la microperla
Wagner M, Scherer C, Alvaraez-Munoz D, Brennholt N, Bourrain X, Buchinger S, Fries E, Grosbois C, Klasmeier J, Marti T, Rodriguez-Mozaz S, Urbatzka R, Vethaak AD, Winther-Nielsen M, Reifferscheid G (2014) Microplásticos en ecosistemas de agua dulce: Lo que sabemos y lo que necesitamos saber. Environ Sci Eur 26(12).
Sutton R, Lin D, Sedlak M, Gilbreath A, Hollerman R, Miller E, Wong A, Munno K, Zhu X (2019) Understanding microplastic levels, pathways, and transport in the San Francisco Bay Region. San Francisco Estuary Institute, Richmond, p 950.
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Carney Almroth B, Astrom L, Roslund S, Petersson H, Johansson M, Nils-Krister P (2017) Quantifying shedding of synthetic fibers from textiles; a source of microplastics released into the environment. Environ Sci Pollut Res 25(2):1191-1199.
Microperlas
Contribución del Convenio de Basilea sobre desechos peligrosos Reconocer que los desechos marinos de plástico son un problema de preocupación mundial para el medio ambiente y la salud, debido a su persistencia, amplia distribución geográfica y capacidad de transporte de largo alcance de productos químicos tóxicos en el medio marino, y la necesidad de abordarlo mediante la mejora de la gestión de los desechos y otros medios.Considerar
Actividades futuras para abordar los desechos marinosEl Grupo de Trabajo identificó una serie de posibles actividades futuras para abordar el problema por parte de los Centros Regionales de los Convenios de Basilea y Estocolmo en coordinación con las plataformas existentes, o por parte de cualquier otra institución de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, OIGs, gobiernos, ONGs, etc., tales como
NotasReferenciasDescargar referenciasContribuciones de los autoresFrederic Gallo y Dolores Romano redactaron el primer borrador del manuscrito. Todos los autores contribuyeron en aspectos específicos. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito final.
Los autores desean agradecer a la Secretaría de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo (BRS), y especialmente a Francesca Cenni, por su facilitación y apoyo organizativo; a Agustina Camilli, de la Misión Permanente de Uruguay ante la Oficina de la ONU en Ginebra y a Gabriela Medina, del Centro Regional en Uruguay; a Ana García, delegada española en la COP; a Melissa Wang, de Greenpeace Science Lab de la Universidad de Exeter, y a Guiulia Carlini, del Center for International Environmental Law (CIEL), por sus ideas, apoyo y ayuda inestimable para hacer llegar el tema a los delegados de los países y al Plenario de las Convenciones de BRS.
Microplásticos Clinique
Los mercados de las tecnologías medioambientales y del agua en México están preparados para crecer en los próximos años debido a la fuerte necesidad de modernización de las infraestructuras en el sector del agua y a la necesidad de soluciones tecnológicas para los residuos sólidos. Las partes interesadas de los sectores público y privado están interesadas en abordar muchos de los mayores retos de México en estos sectores con los últimos productos, tecnología y experiencia. Como resultado, se espera que estos sectores ofrezcan buenas oportunidades de negocio para las empresas estadounidenses en el periodo 2021-2022.
Se espera que el mercado de los subsectores de agua y aguas residuales en México aumente un 2,4 por ciento entre 2020 y 2021, mientras que las exportaciones de Estados Unidos a México se espera que sean el 61,5 por ciento del mercado total de importación. La Comisión Nacional de Agua (CONAGUA) informa que el 77 por ciento del agua disponible se utiliza en el sector agrícola, el nueve por ciento en el sector industrial y de servicios, y el 14 por ciento en las zonas urbanas.
El presupuesto de la CONAGUA para 2021 es de aproximadamente 3.200 millones de dólares, que se utilizarán para financiar mejoras en la infraestructura existente de agua potable y aguas residuales municipales, incluido el sistema de agua de la Zona Metropolitana de la Ciudad de México, y para aumentar la infraestructura de los proyectos de riego en las zonas agrícolas de México. El gobierno también tiene previsto desarrollar cinco proyectos de inversión público-privada en plantas desalinizadoras y de tratamiento de aguas residuales municipales, así como en plantas de tratamiento de agua potable, por un valor de 100 millones de dólares, en diversas zonas metropolitanas.