Gestión de residuos no biodegradables
Los plásticos biodegradables siguen siendo plásticos: están destinados a un uso efímero y suelen permanecer en el medio ambiente durante mucho tiempo antes de degradarse realmente. Tras años de concienciación sobre esta sencilla verdad, hemos conseguido convencer a la Comisión Europea para que lo diga por fin: producir plásticos con propiedades de biodegradabilidad no es una solución a la basura.
Las alternativas de un solo uso etiquetadas como “compostables”, “biodegradables” o “de base biológica” son cada vez más populares. Esto crea confusión no sólo entre los consumidores, sino también entre los legisladores y las ONG. En todo el mundo se están introduciendo prohibiciones del plástico de un solo uso, pero sus resultados se diluirán si se conceden exenciones inapropiadas a los plásticos “bio”.
Por eso, ya en 2019 nos sentimos especialmente aliviados al ver que la Directiva europea sobre plásticos de un solo uso incluía explícitamente “los plásticos de base biológica y biodegradables, independientemente de que se deriven de la biomasa o estén destinados a biodegradarse con el tiempo”, una señal tangible de que nuestros esfuerzos de promoción dieron resultados.
Biodegradable deutsch
Cada vez más productos de plástico se etiquetan como “compostables”, “biodegradables”, “oxodegradables” o “de base biológica”. Sin embargo, los plásticos fabricados con materiales de base biológica no son necesariamente compostables o biodegradables. Además, los plásticos que sí son biodegradables pueden estar hechos de materiales basados en combustibles fósiles. ¿Cuál es la diferencia entre compostable y biodegradable? ¿Qué ocurre con los plásticos biodegradables y compostables cuando se tiran a la basura? ¿Pueden los ciudadanos compostar estos productos en sus propios jardines? ¿Pueden reciclarse estos plásticos? Este informe pretende responder a estas preguntas.
Los plásticos son un material clave en la vida moderna. Son versátiles, ligeros y pueden producirse a un coste relativamente bajo. En la actualidad, sólo un 1% de los plásticos y productos de plástico del mercado mundial se consideran de origen biológico, compostables y/o biodegradables (European Bioplastics e.V., 2020b).
La mayoría de los plásticos siguen fabricándose a partir de combustibles fósiles en un proceso que contribuye a aumentar las emisiones de gases de efecto invernadero a lo largo de su cadena de valor. De hecho, los plásticos contaminan a lo largo de todo su ciclo de vida, desde la producción hasta su uso y, finalmente, su eliminación.
Materiales no biodegradables
Los plásticos se consideraban antes como materiales milagrosos que se adaptaban perfectamente a nuestra cultura de la comodidad: baratos, ligeros, producidos en masa y fáciles de desechar. Sin embargo, pronto nos dimos cuenta de que los plásticos son mucho más difíciles de eliminar que de crear.
La mayoría de los materiales plásticos nunca se degradan del todo, sino que permanecen en nuestro entorno y se descomponen lentamente en trozos cada vez más pequeños. Aunque se han puesto en marcha programas de reciclaje, se calcula que sólo el 5% de los plásticos se reciclan de forma efectiva. El 40% acaba en el vertedero y más del 30% en el medio ambiente. El resto se quema, creando energía pero también consumiendo más combustibles fósiles para fabricar los nuevos materiales plásticos que siempre demandan nuestras economías.
Un análisis preliminar revela que sólo unos 5 países son responsables de más de la mitad de la cantidad total de residuos en nuestros océanos. Se trata de China, Indonesia, Filipinas, Tailandia y Vietnam. También se constata que el 80% de los residuos plásticos de nuestros océanos se originan en tierra y tres cuartas partes de ellos proceden de residuos no recogidos o de la basura. Esta fuga de plástico hace que cada año entren en nuestros océanos 8 millones de toneladas métricas de materiales plásticos. Ahora se predice que en 2050 habrá más plástico que peces en peso en nuestros océanos.
Qué es lo no biodegradable
Los plásticos son una parte indispensable de nuestra vida cotidiana. Los envases de plástico, los textiles y los neumáticos de los coches pertenecen a un grupo de materiales con propiedades específicas, sustancias conocidas como polímeros. Algunos son especialmente flexibles, otros rígidos; algunos son útiles por su ligereza. Todos tienen en común el hecho de que casi nunca se descomponen por completo en el medio ambiente. En su lugar, forman pequeñas partículas de plástico conocidas como microplásticos que causan grandes problemas a los organismos y ecosistemas.
En 2017 se generaron en Alemania más de tres millones de toneladas de residuos de envases, la mayoría de ellos de plástico. El problema de la manipulación excesiva de los plásticos es mundial: los países industrializados exportan con frecuencia residuos de envases de plástico a los países del Sur Global. En 2018, China detuvo la importación de envases gruesos preclasificados para su reciclaje, enviando una onda expansiva a la industria alemana de residuos.
Encontrar nuevas formas de tratar los plásticos es una tarea de toda la sociedad. La máxima prioridad es reducir el consumo masivo e innecesario de productos de plástico que se utilizan brevemente y luego se tiran. Se podría prescindir de muchos productos de plástico de un solo uso y de muchos envases de plástico, ya que existen alternativas como los envases reutilizables. Los plásticos que entran en circulación deben reciclarse de la mejor manera posible, primando el reciclaje de materiales sobre la recuperación de energía. Sólo al final del ciclo deben eliminarse los plásticos, de la manera más ecológica posible.