Degradación de las mascotas
Skip to main contentContacto:Las botellas de plástico fabricadas con tereftalato de polietileno (PET) han ganado una cuota de mercado muy elevada en la última década. Están sustituyendo cada vez más a las botellas de vidrio, las latas y también a los cartones de bebidas. Las botellas de PET se utilizan principalmente como botellas no retornables. Sin embargo, en Alemania la proporción de botellas retornables sobre el total de botellas de PET se ha estabilizado en torno al 10%.
Los primeros poliésteres se produjeron en la década de 1930. En aquella época, el poliéster se utilizaba principalmente para fabricar fibras sintéticas, que se comercializaban, por ejemplo, con los nombres comerciales de Trevira® y Diolen®. Una gran parte del material de PET que se produce en todo el mundo se sigue utilizando hoy en día para fabricar fibras: los jerseys de lana, por ejemplo, se fabrican con PET. Un poco más tarde, el PET pudo utilizarse también para producir películas de envasado. Las películas de PET también servían de soporte para bobinas de película o cintas magnéticas. Finalmente, en los años 70, la industria consiguió fabricar botellas de PET. A finales de la década de 1980 se lanzaron al mercado las primeras botellas de PET en Alemania. Al principio sólo se utilizaban para bebidas dulces, pero poco a poco las botellas de PET se impusieron también como envase para agua mineral.
Ftalatos en los animales de compañía
El uso indiscriminado de plásticos y productos relacionados junto con su mala gestión de eliminación conduce a la presencia generalizada de residuos plásticos en el medio ambiente. La necesidad de plástico se vuelve tan frecuente que ahora se describe como uno de los productos básicos inseparables (Koshti et al., 2018). Varias propiedades como el peso ligero, la resistencia al calor, la alta maleabilidad, la transparencia, la dureza y la resistencia a la tracción hacen que los plásticos sean uno de los polímeros deseables para una variedad de aplicaciones. Esta amplia aplicación del plástico ha provocado un aumento constante de los residuos plásticos en diferentes ecosistemas. El plástico es muy recalcitrante y tarda unos 1.000 años en descomponerse en la naturaleza, por lo que sigue acumulándose en ella (Webb et al., 2013). Este exceso de acumulación de plástico y residuos asociados en el medio ambiente posee diversos riesgos para los seres vivos (Ogunola et al., 2018; Saleem et al., 2018).
Desde el inicio del siglo XXI, la producción de plástico ha aumentado enormemente debido a la alta demanda, y como consecuencia de ello, la generación de residuos plásticos también se ha triplicado en estas dos décadas (Beat Plastic Pollution, 2020). En la actualidad, se producen alrededor de 0,3 billones de residuos de plástico, y el 90% de ellos van a parar al océano (Schmidt et al., 2017). Desde la década de 1950, se han generado alrededor de 8.300 millones de residuos de plástico, y se espera que para 2050 se alcancen los dos dígitos de los miles de millones, si los residuos de plástico se generan al mismo ritmo (Geyer et al., 2017).
Propiedades mecánicas de las mascotas
En el escenario 1, se analizó el efecto de los bucles de reciclado múltiple. Se supone que las botellas de PET se reciclan varias veces, mientras que todos los demás parámetros permanecen inalterados. El balance de masas de las botellas y las fibras puede calcularse con las siguientes ecuaciones:
La figura 4 demuestra que si el número de viajes de reciclaje (n) aumenta, tanto el NREU como el calentamiento global disminuyen drásticamente hasta que n es igual a cuatro. Después de cuatro viajes de reciclaje, ambos impactos permanecen constantes. Este patrón refleja la propiedad de la serie geométrica cuando el cociente común es menor que uno (véase la Ecuación 1). Si el reciclaje se llevara a cabo infinitas veces, el NREU y el calentamiento global disminuirían hasta un valor marginalmente inferior, es decir, hasta 39,5 GJ/unidad funcional y 2,58 t de CO2 eq./unidad funcional, lo que representa el máximo ahorro de NREU y de emisiones de GEI del 26% y del 23% en comparación con el sistema de referencia. Por tanto, cuatro y más ciclos permiten aumentar el ahorro de NREU y de emisiones de GEI en un máximo de seis puntos porcentuales en comparación con el sistema de reciclaje de referencia.
Ficha técnica de la mascota
¿Ha mirado alguna vez el fondo de un producto en una botella o tarro de plástico para ver de qué está hecho? Es muy probable que se haya encontrado con uno fabricado con tereftalato de polietileno (PETE o PET). Es fuerte, resistente a la rotura y puede ser tan transparente como las botellas o tarros de cristal. El PET es una excelente opción como material en muchas industrias. Factores como su resistencia química, su relación fuerza-peso, sus propiedades inastillables y su bajo coste de producción lo convierten en una solución accesible para el envasado de productos consumibles.
El PET es una opción popular para las botellas de plástico por su incomparable relación resistencia-peso, la reducción de costes y el ahorro en el transporte en comparación con sus homólogos de vidrio, así como por su historial de seguridad y fiabilidad para los productos de consumo.
Desde el inicio del proceso de fabricación, el PET está diseñado para ser un material fuerte, pero flexible, que permite su uso en diferentes tipos de botellas y contenedores de plástico. Es importante tener en cuenta que cada botella se somete a pruebas y a un cuidadoso control para cumplir las normas de seguridad. El uso de compuestos como el PET permite disponer de envases de plástico seguros que ahorran energía durante su fabricación, son económicos y, además, son reciclables y sostenibles.