Efectos de los microplásticos en el ser humano
Las primeras investigaciones sobre los microplásticos se centraron en las microperlas que se encuentran en los productos de cuidado personal, y en los gránulos de plástico virgen que pueden escaparse antes de ser moldeados en objetos, así como en los fragmentos que se erosionan lentamente de las botellas desechadas y otros residuos de gran tamaño. Todo esto llega a los ríos y océanos: en 2015, los oceanógrafos estimaron que había entre 15 y 51 billones de partículas de microplástico flotando en las aguas superficiales de todo el mundo. Desde entonces se han identificado otras fuentes de microplástico: las motas de plástico que se desprenden de los neumáticos de los coches en las carreteras y las microfibras sintéticas que se desprenden de la ropa, por ejemplo. De acuerdo con estudios limitados sobre microplásticos en el aire, el agua, la sal y el marisco, los niños y los adultos podrían ingerir entre docenas y más de 100.000 microplásticos al día, según informó este marzo Albert Koelmans, científico medioambiental de la Universidad de Wageningen (Países Bajos). Koelmans y sus colegas creen que, en el peor de los casos, la gente podría estar ingiriendo alrededor de la masa de microplásticos de una tarjeta de crédito al año.
Efectos negativos del plástico
Las sustancias químicas nocivas asociadas a los plásticos pueden dividirse en tres categorías: ingredientes del material plástico, subproductos de la fabricación y sustancias químicas adsorbidas del medio ambiente. Por tanto, las posibles respuestas toxicológicas causadas por el plástico pueden ser una combinación de todas estas sustancias químicas. Algunas de estas sustancias químicas se definen como contaminantes prioritarios, que están regulados por los organismos gubernamentales debido a su toxicidad o persistencia en los organismos y las redes alimentarias. Entre estas sustancias químicas se encuentran los metales pesados, los plaguicidas, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) y los bifenilos policlorados (PCB), que pueden alterar importantes procesos fisiológicos de los animales causando, por ejemplo, enfermedades y problemas de reproducción. Se ha comprobado que al menos el 78% de los contaminantes prioritarios enumerados por la EPA (Agencia de Protección del Medio Ambiente de EE.UU.) y el 61% de los enumerados por la UE están asociados a la basura plástica, ya sea procedente de la fabricación o del medio ambiente.
Todos los plásticos, desde la macroescala hasta la nanoescala, son susceptibles de lixiviar y adsorber sustancias peligrosas. La pérdida de aditivos por lixiviación puede tener un efecto en el comportamiento de fragmentación de los polímeros en el medio marino en una escala de tiempo más larga, y esta fragmentación podría facilitar aún más la lixiviación o adsorción de sustancias peligrosas del medio ambiente. El tamaño y la superficie son factores importantes que influyen en el comportamiento de lixiviación y adsorción: cuanto más pequeña es la partícula, mayor es la relación superficie-volumen y, por lo tanto, también la capacidad de liberar o unir compuestos es mayor para las partículas más pequeñas en comparación con las más grandes. A veces puede ser difícil determinar si un compuesto ha estado en el plástico desde su fabricación o ha sido adsorbido del medio ambiente. Por ejemplo, los hidrocarburos aromáticos policíclicos (HAP) pueden formarse durante la producción de poliestireno o ser adsorbidos al plástico desde el medio ambiente.
Impacto negativo de los polímeros en la salud humana
Conclusiones y trabajo futuroEn este breve relato se han identificado algunos de los plásticos más habituales en el uso cotidiano y se han ilustrado algunos de los intentos que se han realizado para evaluar sus posibles peligros para la salud humana. Se han analizado las diferentes vías de exposición de las poblaciones humanas, tanto de los aditivos plásticos como de los micro y nanoplásticos procedentes de los alimentos y de los desechos desechados, en relación con la bibliografía existente sobre nanomedicinas y materiales de envasado nanocompuestos, sobre los que existe un conjunto de conocimientos cada vez mayor. Está claro que nuestra comprensión de la posible contaminación de la población humana por micro o nanoplásticos procedentes del medio ambiente está en pañales y deja muchas preguntas sin respuesta:
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Consecuencias de los microplásticos
Desde los teléfonos móviles y los ordenadores hasta los cascos de bicicleta y las bolsas intravenosas de los hospitales, el plástico ha moldeado la sociedad de muchas maneras que hacen la vida más fácil y segura. Pero este material sintético también ha dejado huellas nocivas en el medio ambiente y, tal vez, en la salud humana, según una nueva recopilación de artículos redactados por científicos de todo el mundo.
Más de 60 científicos han contribuido al nuevo informe, que pretende presentar la primera revisión exhaustiva del impacto de los plásticos en el medio ambiente y la salud humana, y ofrecer posibles soluciones.
“Uno de los cambios recientes más ubicuos y duraderos en la superficie de nuestro planeta es la acumulación y fragmentación de los plásticos”, escribió David Barnes, autor principal e investigador del British Antarctic Survey. El informe se publicó este mes en un número temático de la revista científica Philosophical Transactions of The Royal Society B.
Desde que comenzó su producción en masa en la década de 1940, la amplia gama de propiedades únicas del plástico lo ha impulsado a un estatus esencial en la sociedad. El próximo año se producirán más de 300 millones de toneladas en todo el mundo. Según el informe, la cantidad de plástico fabricado en los diez primeros años de este siglo se acercará al total producido en todo el siglo pasado.