Cuándo se popularizó el plástico
Las teorías pioneras de Hermann Staudinger sobre las estructuras poliméricas de las fibras y los plásticos y sus posteriores investigaciones sobre las macromoléculas biológicas constituyeron la base de innumerables desarrollos modernos en los campos de la ciencia de los materiales y las biociencias y favorecieron el rápido crecimiento de la industria del plástico. Por sus trabajos en el campo de los polímeros, Staudinger recibió el Premio Nobel de Química en 1953.
“The Foundation of Polymer Science by Hermann Staudinger (1881-1965)” folleto conmemorativo producido por el programa National Historic Chemical Landmarks de la American Chemical Society en 1999 (PDF).
Este nuevo concepto, denominado “macromoléculas” por Staudinger en 1922, abarcaba tanto los polímeros sintéticos como los naturales y fue la clave de una amplia gama de materiales poliméricos modernos y aplicaciones innovadoras. Hoy en día, las arquitecturas moleculares de los polímeros sintéticos y los biopolímeros se adaptan con gran precisión para satisfacer las demandas de la tecnología moderna. Los productos de la química de los polímeros son muy diversos, desde los envases de alimentos, las fibras textiles, las piezas de automóviles y los juguetes, hasta las membranas para la desalinización del agua, los portadores utilizados en la liberación controlada de fármacos y los biopolímeros para la ingeniería de tejidos.
Historia del plástico
Ha habido un gran interés en el avance y la producción de polímeros biodegradables para resolver el problema actual de contaminación provocado por el uso continuo de polímeros sintéticos de origen petrolífero. La posibilidad de producir estos biopolímeros de forma comercial y a un coste comparable ha sido el objetivo principal en este ámbito. La vía más prometedora para fabricar plásticos a partir de otras fuentes renovables abundantes como el maíz, la soja, la caña de azúcar, etc. es la de los bioplásticos. Este documento es un estudio comparativo que confiere la probabilidad de que los petroplásticos convencionales sean sustituidos por los polímeros biodegradables y renovables de la nueva era. Presenta las cuestiones clave que apoyan las conclusiones de los beneficios que tienen estos materiales en relación con los homólogos convencionales de base petroquímica. En opinión de los autores, los materiales plásticos biodegradables son los más adecuados para las aplicaciones de un solo uso en las que los residuos posteriores al consumo pueden ser compostados localmente.
1. IntroducciónEs difícil exagerar la importancia del medio ambiente para el desarrollo sostenible. Es la base sobre la que se asienta nuestra existencia. Cualquier esquema global de desarrollo creado sin tener en cuenta el medio ambiente será en realidad una casa construida sobre arena [1].
Producción de plástico
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Este artículo ha sido citado por otros artículos en PMC.ResumenLos polímeros son materiales avanzados ampliamente utilizados, que se encuentran casi en todos los materiales utilizados en nuestra vida diaria. Hasta la fecha, la importancia de los polímeros ha sido mucho más destacada debido a sus aplicaciones en diferentes dominios de las ciencias, las tecnologías y la industria, desde los usos básicos hasta los biopolímeros y los polímeros terapéuticos. El objetivo principal de este editorial es acentuar los impactos pragmáticos de los polímeros en la vida cotidiana del ser humano.Palabras clave: Macromolécula, Monómero, Polímero natural, Polímero sintético
Los polímeros, una palabra de la que se oye hablar mucho, son muy vitales y no se puede imaginar la vida sin ellos. Los polímeros, una gran clase de materiales, están formados por muchas moléculas pequeñas denominadas monómeros que se enlazan entre sí para formar largas cadenas y se utilizan en muchos productos y bienes que usamos en la vida diaria.1
Línea de tiempo de la historia del plástico
Los peines son una de las herramientas más antiguas, utilizadas por los seres humanos en todas las culturas y épocas para decorar, desenredar y despiojar. Provienen de la herramienta humana más fundamental de todas: la mano. Y desde que los humanos empezaron a utilizar peines en lugar de los dedos, el diseño de los peines apenas ha cambiado, lo que llevó al periódico satírico The Onion a publicar un artículo titulado “La tecnología de los peines: ¿Por qué está tan atrasada con respecto a la maquinilla de afeitar y el cepillo de dientes?”. El artesano de la Edad de Piedra que fabricó el peine más antiguo que se conoce -un pequeño número de cuatro dientes tallado en hueso de animal hace unos ocho mil años- no tendría problemas para saber qué hacer con la versión de plástico azul brillante que hay en la encimera de mi baño.
La historia de la transformación del humilde peine forma parte de la historia mucho más amplia de cómo los plásticos nos han transformado a nosotros mismos. Los plásticos nos liberaron de los confines del mundo natural, de las restricciones materiales y de los suministros limitados que durante mucho tiempo habían limitado la actividad humana. Esa nueva elasticidad también desató los límites sociales. La llegada de estos materiales maleables y versátiles dio a los productores la posibilidad de crear un tesoro de nuevos productos, al tiempo que ampliaba las oportunidades para que las personas de medios modestos se convirtieran en consumidores. Los plásticos ofrecían la promesa de una nueva democracia material y cultural. El peine, el más antiguo de los accesorios personales, permitía a cualquiera mantener esa promesa cerca.