Sup directiva
Los polímeros y los materiales orgánicos son componentes esenciales de dispositivos funcionales para aplicaciones en diversas áreas tecnológicas. La posibilidad de adaptar las propiedades del material mediante el diseño molecular los convierte en atractivos materiales funcionales, especialmente para aplicaciones biológicas y médicas. Su síntesis en forma de láminas delgadas presenta importantes ventajas debido a la menor cantidad de insumos utilizados y a los tiempos de procesamiento más rápidos.
Los materiales poliméricos y orgánicos están obteniendo actualmente un mayor reconocimiento en la industria de las películas finas, que históricamente ha estado dominada por las películas inorgánicas. Las películas finas poliméricas funcionales (< 100 nm) son componentes típicos de los dispositivos modernos en diversos campos, como la microelectrónica, la biotecnología y la microfluídica. La necesidad de miniaturización y estructuración ha impulsado el desarrollo de técnicas avanzadas de crecimiento de películas finas (por ejemplo, iCVd, oCVD, PECVD, MLD) que pueden aplicarse fácilmente en las fases de fabricación de los dispositivos. Como estructuras independientes, las películas finas bidimensionales tienen ventajas sobre los materiales a granel debido a su gran relación superficie-volumen, deseable para aplicaciones que requieren interacciones superficiales mejoradas. Las películas finas también pueden emplearse como recubrimientos sobre materiales a granel para conseguir propiedades específicas de la aplicación que no se pueden conseguir en el material del sustrato.
Plásticos europa reciclaje
Se espera que el reciclaje de plásticos en Europa crezca significativamente en los próximos cinco a diez años, especialmente en respuesta a la creciente presión de los reguladores y los consumidores. Los gobiernos y las principales marcas están debatiendo y perfeccionando continuamente los objetivos para reducir los residuos y mejorar la circularidad de la cadena de valor de los plásticos. Y mientras los actores de la industria química aspiran a ampliar el acceso al reciclaje, adoptar nuevas tecnologías y aumentar los esfuerzos de sostenibilidad, muchos recicladores europeos existentes que han perseguido estos objetivos durante años han avanzado poco.
Entrevistamos a representantes de 57 empresas de 12 países europeos, que representan entre el 20% y el 30% de la capacidad instalada de reciclado mecánico (alrededor de 2,6 millones de toneladas al año entre las principales resinas). Un análisis de los datos disponibles públicamente de una muestra más amplia de 358 empresas europeas de reciclaje en 22 países validó varios parámetros, incluyendo el tamaño relativo de la empresa (mediana de 30 mil toneladas al año), la permanencia en el negocio (mediana de 29 años) y los tipos de resina principales que se procesan (la mayoría procesa poliolefinas, el tipo de polímero más común).
Estrategia europea sobre el plástico
El plástico es un material importante y omnipresente en nuestra economía y vida cotidiana. Tiene múltiples funciones que ayudan a afrontar varios de los retos de nuestra sociedad. Los materiales ligeros e innovadores de los coches o los aviones ahorran combustible y reducen las emisiones de CO2. Los materiales aislantes de alto rendimiento nos ayudan a ahorrar en la factura energética. En los envases, los plásticos ayudan a garantizar la seguridad de los alimentos y a reducir su desperdicio. Combinados con la impresión 3D, los materiales plásticos biocompatibles pueden salvar vidas humanas al permitir la innovación médica.
Sin embargo, con demasiada frecuencia, la forma en que se producen, utilizan y desechan los plásticos no permite aprovechar los beneficios económicos de un enfoque más “circular” y perjudica al medio ambiente. Es urgente abordar los problemas medioambientales que hoy ensombrecen la producción, el uso y el consumo de plásticos. Los millones de toneladas de basura plástica que acaban en los océanos cada año son uno de los signos más visibles y alarmantes de estos problemas, lo que provoca una creciente preocupación pública.
Repensar y mejorar el funcionamiento de una cadena de valor tan compleja requiere esfuerzos y una mayor cooperación por parte de todos sus actores clave, desde los productores de plásticos hasta los recicladores, los minoristas y los consumidores. También requiere innovación y una visión compartida para impulsar la inversión en la dirección correcta. La industria del plástico es muy importante para la economía europea, y el aumento de su sostenibilidad puede aportar nuevas oportunidades de innovación, competitividad y creación de empleo, en consonancia con los objetivos perseguidos por la renovada estrategia de política industrial de la UE.
Residuos de plástico Europa
Contribución del Convenio de Basilea sobre desechos peligrosos Reconocer que los desechos marinos de plástico son un problema de preocupación mundial para el medio ambiente y la salud, debido a su persistencia, amplia distribución geográfica y capacidad de transporte a larga distancia de sustancias químicas tóxicas en el medio marino, y a la necesidad de abordarlos mediante la mejora de la gestión de los desechos y otros medios.Considerar
Actividades futuras para abordar los desechos marinosEl Grupo de Trabajo identificó una serie de posibles actividades futuras para abordar el problema por parte de los Centros Regionales de los Convenios de Basilea y Estocolmo en coordinación con las plataformas existentes, o por parte de cualquier otra institución de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, OIGs, gobiernos, ONGs, etc., tales como
NotasReferenciasDescargar referenciasContribuciones de los autoresFrederic Gallo y Dolores Romano redactaron el primer borrador del manuscrito. Todos los autores contribuyeron en aspectos específicos. Todos los autores leyeron y aprobaron el manuscrito final.
Los autores desean agradecer a la Secretaría de los Convenios de Basilea, Rotterdam y Estocolmo (BRS), y especialmente a Francesca Cenni, por su facilitación y apoyo organizativo; a Agustina Camilli, de la Misión Permanente de Uruguay ante la Oficina de la ONU en Ginebra y a Gabriela Medina, del Centro Regional en Uruguay; a Ana García, delegada española en la COP; a Melissa Wang, de Greenpeace Science Lab de la Universidad de Exeter, y a Guiulia Carlini, del Center for International Environmental Law (CIEL), por sus ideas, apoyo y ayuda inestimable para hacer llegar el tema a los delegados de los países y al Plenario de las Convenciones de BRS.